viernes, 5 de octubre de 2007

¿Qui va ser el Sr. Drudis?

Noticia de El Mundo

Miércoles, 2 de abril de 2003. Actualizado a las 01:01
MENORCA

Drudis niega cualquier responsabilidad en el cierre de la fábrica de bisutera Catisa
Califica de «barbaridad» que los empleados quieran demandarle por delito societario - Vendió la empresa por un euro y la opción de compra del solar por 126.000
M.A. RUIZ
MAÓ.— El empresario catalán Josep María Drudis calificó ayer de«auténtica barbaridad» las acusaciones de los trabajadores de Catisa, quienes sostienen que incumplió sus compromisos desinversión y vendió la fábrica bisutería para favorecer una operación urbanística sobre los terrenos.
La empresa se verá obligada a echar el cierre antes del próximo3 de mayo si la promotora Puck Tower 2000, de capital holandés,mantiene su voluntad de ejecutar la opción de compra que adquirió a Drudis el 24 de octubre de 2000 sobre el inmueble. Sus planes pasan por derribar la fábrica para construir sobre el solar una manzana de 91 viviendas, con una inversión de 9 millones de euros.
El director general de Economía del Govern, Antoni Montserrat,anunció el lunes que los trabajadores de Catisa tienen intención de demandar a Drudis por un presunto delito societario. A su juicio, el proceso «tiene todos los elementos de una operación especulativa.Todo estaba dirigido a que Catisa cerrara en 2002».

Josep María Drudis se mostró ayer «alucinado» por estas acusaciones.«Cuando compré Catisa en 1999», indicó en declaraciones a EL MUNDO/El Día de Baleares, «se encontraba en una situación deplorable».De hecho, la empresa arrastraba en aquellos momentos deudas porimporte de 300.000 euros, que se habían duplicado cuando, dos años después, la traspasó a Enric Perera al precio de una peseta por acción.

«Luchamos para que la empresa funcionara, porque mi intención era tenerla toda la vida, pero se me cruzaron unos señores», añade Drudis en referencia a los socios de Enric Perera, «a los que interesaba la fábrica»,supuestamente para elaborar complementos de joyería.«Otra cosa es que luego se pelearan entre ellos y dejaran a Perera solo. Si yo vendo un coche y el nuevo dueño lo estrella contra un árbol, no me pueden echar a mí la culpa del accidente», concluye el empresario catalán.

Las instalaciones de la fábrica están ubicadas mediante un contrato de alquiler sobre un solar de 5.300 metros cuadrados, en una zona residencial de Maó, propiedad de las familias Timoner, Carretero, Rosselló y Gomila, fundadoras de esta emblemática industria.
Cuando Drudis les compró la empresa, el 3 de mayo de 1999,también adquirió por 216.364 euros una opción de compra sobre los terrenos,como anticipo de un precio total de 1,2 millones de euros(200 millones de pesetas). Aunque en el contrato se hizo constar expresamente que no podía traspasar la opción de compra a terceros, Drudis la vendió a Puck Tower 2000 el 24 de octubre de2000.

Significativamente, la operación se escrituró en 126.212 euros,90.152 menos de los que él había pagado un año antes. Tan sólo24 horas antes, los fundadores de Catisa modificaron las condiciones del acuerdo autorizándole a traspasar la opción de compra.

En cualquier caso, Drudis asegura que reinvirtió en la propia empresa los beneficios obtenidos en la operación para resolver los problemas de liquidez y pagar a los acreedores. El hecho de que vendiera luego la sociedad al precio de una peseta por acción,mientras que el precio del inmueble y el solar se ha fijado en 1,2 millones de euros, es la mejor prueba de que el valor urbanístico de los terrenos es infinitamente superior a la rentabilidad de esta industria.

Su actual titular, Enric Perera, no tiene ninguna experiencia en el sector de la bisutería, sino que procede del negocio inmobiliario:es administrador solidario de varias agencias de la propiedad en Valencia y Alicante.

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